PROPUESTA PARA EL DESARROLLO DEL VRAEM
Hace 45 años que el Estado peruano interviene en los distritos de la región Cusco, Ayacucho y Junín que forman parte de la cuenca del rio Apurímac, Ene y Mantaro VRAEM, región de enorme potencial de recursos naturales biodiversos, hídrico, energéticos, cultura y capacidades humanas de comunidades nativas.
Pero también es uno de los más importantes escenarios de asentamiento de dos grandes lacras criminales asociadas en la producción y tráfico de la cocaína en el Perú, las bandas criminales del narcotráfico y las bandas armadas igualmente delictivas y criminales de los remanentes de lo que fue sendero luminoso.
Los diversos programas, políticas y proyectos, públicos y privados implementados en ensayos sucesivos de estos años, no ha sido capaz de ganarle la batalla a estas dos perversas manifestaciones de la violencia delictiva organizada que subsisten entre las enmarañadas condiciones de selva de estos territorios, pero enraizadas también en un medio social de productores que en gran parte aún sobreviven sumidos en el aislamiento en condiciones de pobreza y extrema pobreza.
Aquí es evidente que la tibieza y hasta algunos casos la inoperancia y hasta complicidad de algunos de los agentes del Estado involucrados en los lucrativos resultados del tráfico internacional de la droga, han servido para que estos grupos delincuenciales, se afiancen en permanecer en las zonas de su asentamiento delictivo buscando, mediante la combinación de estrategias de protección de violencia armada, infiltración y corrupción en el seno de la institucionalidad oficial y de asimilación a sus filas de campesinos jóvenes atraídos por la atractiva remuneración de estas actividades ilícitas, pretenden perpetuar la industria del crimen de la producción y el tráfico ilícito de la droga y así evitar por todos los medios que la presencia Estatal y de la legalidad pueda propiciar el desarrollo económico alternativo y el bienestar social que demandan sus poblaciones.
Las actividades multisectoriales desplegadas por el gobierno en el VRAEM, no han tenido avances significativos, alejadas aun de las legítimas aspiraciones de miles de ciudadanos agricultores, y sus proyectos de desarrollo con seguridad y justicia social. Aunque los avances son todavía modestos, las lecciones aprendidas sí son valiosas para replantear una estrategia integral de intervención que permita lograr mejores resultados.
La autoridad de estas decisiones no surgió de la imposición centralista y arbitraria de alguna inteligencia extraña a la sociedad local, la autoridad se construye en ese proceso de dialogo y participación activa de todos los actores debidamente organizados y representados, para
diseñar un futuro diferente, de bienestar, de progreso y justicia para todas las fuerzas sanas de cada localidad del VRAEM.
En esta misma línea es necesario la concertación entre el Estado y la sociedad organizada del VRAEM. Como punto de partida es reconocer a la mancomunidad de distritos del VRAEM y todas las organizaciones sociales, gremiales, empresariales, de comunidades nativas, asociaciones de productores agrarios, comerciantes, juventudes, de mujeres, culturales y partidos políticos, Organizaciones No gubernamentales para el desarrollo social, todos los cuales sean legítima y legalmente representativos de la sociedad, y son actores válidos para la efectiva realización de la estrategia de intervención. Es en encuentro y diálogo permanente con las autoridades y líderes allí donde la inicia la concertación para aprobar desde el diseño, la formulación, la ejecución de la estrategia integral del Desarrollo alternativo y sostenible del VRAEM.
Que se instale una autoridad que con relación directa con el Consejo de ministros, presida un Consejo de Desarrollo del VRAEM, compuesto por representantes de cada uno de los sectores públicos del Estado, con presencia efectiva en el VRAEM y que estén representados por una autoridad de cada sector nombrada por el titular del ministerio correspondiente y con un número de delgados en cantidad equivalente que represente a todos los estamentos de la sociedad organizada y legalmente reconocidas.
En concordancia con estos dos puntos anteriores el Gobierno central actualiza el Plan Estratégico de desarrollo integral del VRAEM, formulado y validado por todos los actores públicos y privados, civiles y militares, involucrados en esta política de Estado para el desarrollo nacional, y le asigna un presupuesto de emergencia nacional, para enfrentar el conjunto de problemas tanto del campo civil, judicial, policial y militar que requiere la realidad del VRAEM.
Esta estrategia que considera el Ordenamiento Territorial de todo el escenario que comprende los distritos de distintas regiones que integran el VRAEM, se enmarca también en la necesidad de procesar el Ordenamiento Territorial de la descentralización y regionalización del país, que en la actualidad se encuentra paralizada y espera ser retomada por la siguiente administración de Gobierno nacional.
Esta estrategia comprende los acuerdos, convenios, programas y compromisos de la comunidad internacional integrada en las Naciones Unidas, organismos de cooperación internacional y los sistemas de seguridad y control territorial de los países vecinos por donde se realiza el transito ilegal de la droga, para construir un enorme cerco de hierro contra el narcotráfico internacional.
Finalmente, el Estado peruano y los actores sociales involucrados deben implementar estrategias con especial diseño adecuado a la realidad de esta región del país, en función de las metas y objetivos trazados, como resultado de la concertación general alcanzada en los foros e instancias de gestión compartida que se han señalado.